No voy a relataros detalles técnicos que podéis encontrar por la red sino mi visión particular de esta casa y lo que más me ha imnpresionado de ella. No es la opinión de ninguna experta en arquitectura, sino de alguien que simplemente ha disfrutado enormemento con la originalidad y visión de este genio catalán.
Lo que más impresiona de esta casa es su carta de presentación, su fachada. En la siguiente foto podéis observar una maqueta de la fachada original del edificio construido en 1877 y la reforma que realizó Gaudí entre 1905-07. Es increible cómo transformó un edificio anodino y sin personalidad en una auténtica obra de arte.
Cuando llegas a la parte alta donde se encuentra el desván, de pronto crees haber cambiado completamente de localización y que has sido mágicamente trasladado a cualquier pueblecito andaluz o canario, pues el blanco lo ilumina todo. Las bóvedas de lo techos recuerdan a las costillas de una inmensa ballena y te sientes cual Gepetto en el interior del animal marino.
Otro genial ejemplo de la perfecta fusión entre belleza y funcionalidad son esas rendijas horizontales de las paredes. En una zona de poco espacio como esta, lo amplía visualmente y aporta ventilación sin dejar entrar el sol de lleno.
Dejando atrás el desván y los lavaderos llegamos a la azotea. Un sitio que en cualquier otro edificio sería impersonal aquí culaquier elemento se transforma en una oportunidad para la creatividad.
Las chimeneas en vez de desperdigarse se han agrupado en cuatro conjuntos, están revestidas de pedazos de cerámica y vidrio coloreado, lo cual no sólo aporta velleza a un elemento anodino sino que además es una forma maravillosa de revestir una forma totalmente irregular. Además están coronadas por unos sombreretes que además de originales y coloridos controlan la fuerza y la dirección del viento.
La casa Batlló, es una clara representación de la leyenda de Sant Jordi y el Drac, donde la fachada ondulante multicolor, representa la piel del dragón, siendo la cubierta, el lomo con sus escamas cerámicas multicolores y una gran espada clavada en todo lo alto, con su empuñadura en forma de cruz de cuatro brazos.
Más abajo, los balcones con forma de las calaveras de las víctimas devoradas por este dragón, en color marfil (hueso), con los cuencos de los ojos y el hueco de la nariz.
El principal, representa las fauces abiertas de labios carnosos, y con los huesos de los desventurados que se había engullido. Incluso aparece la nariz del dragón con las dos fosas, en la zona central de este piso. Bueno, ya no me alargo más. Creo que los 16,50 euros de la visita, aunque caros, merecieron la pena pues disfruté enormemente.Para terminar un pequeño guiño a mis amigos de Wonka 70%. Buscando información por la red he encontrado esta página que realiza diversos monumentos españoles en chocolate y no son muy caros. La cata se la dejo a los expertos... jejeje.
Muchos besotes a tod@s, os he extrañado de verdad.