
El 1 de Noviembre celebramos la fiesta de Todos los Santos. En mi casa solemos ir a la misa del pueblo de mi madre (Tezanos) pues allí están sus padres y sus tías y la verdad es que en las cosas de la fe siempre ha sido mi madre la que más ha tirado de todos.
Después de la misa se baja el cementerio a rezar un ratillo y allí fui yo con mis ninas. Creo que es un error alejar a los niños de la muerte. Es un tema que a ellos les fascina y yo intento mostrarselo con la mayor naturalidad posible.

Recuerdo que cuando se murió el perro de nuestra vecina de abajo la pobre mujer lo pasó muy mal porque fue su compañero durante muchos años y cuando las niñas le preguntaron por Woody ella contestaba:
- Se ha ido al pueblo. Pobrecillas no las voy a decir que se ha muerto.
- ¿Por qué no? No, niñas, no se ha ido al pueblo. Se ha muerto.
Y ellas se quedaron tan campantes.
- Ah.

Bueno, que me voy por las ramas. Total que allí estaba Susana leyéndose todas las lápidas y que qué significa DEP y Rdo. de sus hijos y nietos, y que si estas flores son de verdad y estas de mentira, que si por qué esta no tiene flores...
A la salida de la Iglesia nos fuimos a comer, porque hay que celebrar que estamos juntos y estamos vivos. Y nos fuimos a
"Las piscinas" de Villacarriedo. Otro de los restaurantes recomendados para ir con niños, con un parque fabuloso y donde se come de fábula.

De primero Pedro y yo nos tomamos una ensalada templada de Aguacate y gulas riquísima, de segundo calamares encebollados y para terminar tarta de queso...mmmmm. Aquí os dejo las fotos para que babeéis un rato, jejejeje, qué mala soy... aunque estaba tan emocionada con la comida que no me acordaba de

hacer la foto hasta casi el final, hubiera quedado mejor la foto con el plato sin tocar, pero es que no podía resistirme...