Serán esos dos dientecillos que parecen sacados de una bolsa de gusanitos "Risi"? Serán esos ojos que te miran profunda y limpiamente, tan confiados...?
Sabíais que existe una razón científica para esta mutua atracción que sentimos todos los humanos ante un bebé, que parece que nos volvemos tontos y nos ponemos a hacer gorgoritos y vocecillas?
Pues si, el cerebro de los bebés muestra preferencia hacia los sonidos agudos y repetitivos ante los graves, y hacia los contrastes de color y textura como el rostro humano, pero es una inclinación lo suficientemente abierta como para que le de igual la raza y color del rostro... la madre naturaleza es realmente sabia.
Así que en cuanto vemos a un bebé todo nos lleva a arrancarle una sonrisa y él nos responde con su arma secreta, esa sonrisa tan debastadora ante la cual nadie puede resistirse.
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