miércoles, 23 de septiembre de 2009

Comenzamos el cole!!!!


Por si alguién aún no se ha enterado, Julia, la pequeña de los Martín Monedero ha comenzado ya el colegio!!!!!

Y allí nos presentamos en la jornada de puertas abiertas sus padres y hermanas, acompañando a Julia en tan célebre día.

Era el acontecimiento del momento, toda la familia entusiasmada y Julia tan feliz.

No sé quién se lo pasó mejor, si ella o sus hermanas, rememorando los viejos tiempos, cuando iban a esas mismas clases, ese mismo patio...

Nada mejor que una hermana para acompañar en este "momento iniciático"




Lo mejor de esta foto es la cara de la madre reflejada en el espejo, sacando la foto, que se le cae la baba con su niña...
Y lo peor fue el día siguiente, el primer día "real" de cole de Julia al que no pude acompañarla, ni irla a buscar.
Yo sólo estaba 2 pisos más arriba cuidando de los hijos de los demás cuando en el fondo me moría por estar con ella, pero en fins, así es la vida, lo mejor de todo es que ella tan feliz. Parece que ha ido toda la vida al cole.
A menudo se me escapan los ojos por la ventana para espiarla a escondidas mientras juega en el patio y es una delicia verla jugar.
La pequeña Julia ya no es tan pequeña... que ya se nos hace mayor...

¿Pero habéis visto qué arte? Sigue así, que dentro de poco me retiras de la plancha.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Nápoles

Después de una mañana agotadora visitando Pompeya la mayoría de nuestros compañeros de viaje se retiraron al barco a curarse de la insolación, pero Pedro y yo que somos un pelín masocas nos fuimos a visitar Nápoles.
Nápoles se podría llmar la ciudad de los castillos pues tiene unos cuantos: el Castel dell'Ovo, el Castel Capuano, el castillo Maschio Angioino que es el que aparece a nuestra espalda

Y el Castel Sant'Elmo que domina la colina de Nápoles y es el primero que te saluda cuando entras a la ciudad desde el puerto.

Debo decir que la primera impresión de Nápoles no es muy buena. Es una ciudad con muchísimo tráfico, medio levantada por las obras: sucia y ruidosa. Y el hecho es que tiene edificios imponentes como la iglesia de San Francisco de Paula

y el Palacio Real, ambos en la Piazza Plebiscito

pero están todos grises de polución. No sé si conocéis Oporto, pero me transimitió un poco la misma sensación (aunque quizás me guste más Oporto) de tener edificios bellísimos pero mal cuidados.

En fins, continuando nuestra visita cogimos la Vía Toledo, la gran avenida principal de la ciudad, repleta de tiendas con rebajas y puestos ambulantes de ropa, cosillas típicas de puestos de los chinos, el top manta... (quiero decir, que ni siquiera los puestos ambulantes eran de cosas típicas del país o algo así).

Las calles trasversales que salían de esta Vía principal eran todas de este estilo:

Con su ropa tendida, las madres con la compra, sólo faltaba un "María tírame la llaveeeee!!!!!". Uno de los barrio sera el español, que debía estar en fiestas,por los banderines que lo adornaban.

Paseando por la Vía Toledo te encuentras con otro de los edificios emblemáticos de Nápoles: la galería Umberto I que comunica las dos calles principales de la ciudad.

Cuando nosotros la vimos estaba en parte cubierta por andamios.

Pero os pongo una foto de San Google para que la apreciés en toda su grandiosidad.

Paramos cerca de esta plaza (de la cual no se su nombre pues anduvimos con un mapa fotocopiado del barco que daba pocas indicaciones) para tomar una típica pizza napolitana.

Pedro fue má innovador y se tomó una pizza con ¡patatas fritas!, yo opté por la clásica Margarita, de la que no sé si conocéis su historia.

Un buen día de verano de 1889 la reina de Italia, Margarita de Saboya, reconocida gastrónoma y esposa del rey Humberto I de Saboya, invitó al Palacio Real de verano de Capodimonte a un reconocido pizzacero, il signore Esposito que por la época regentaba junto a su esposa, la signora Rosa, la pizzeria más afamada de Nápoles para que le prepara una nueva variedad a fin de satisfacer su curiosidad gastronómica. Con un toque de creatividad, Raffaele Esposito introduce por primera vez la mozzarella o queso de búfala y la decora con hojas frescas de albahaca con lo que junto al tomate armoniza los colores de la bandera italiana, rojo, blanco y verde, y la bautiza con el nombre de Margarita en honor de su reina.

Y esa es la historia de la pizza Margarita, aunque de sabor... siguiente decepción de Nápoles. Quizás no elegimos bien el sitio, pero vamos que era una pizza normal y corriente, aunque nos habían dicho que la masa de las pizzas era especial en Nápoles.
De postres: Capuccino, éste sí que estaba delicioso.

Y acontinuación llegamos lo que para mí fue el auténtico tesoro de Nápoles: la calle Gregorio Armeno.

Esta calle se encuentra dedicada a la artesanía de nacimientos, belenes o El pesebre como allí lo llaman.

Es una auténtica maravilla, ver allí a los artesanos trabajando y disfrutar de verdaderas obras de arte. No sólo te encuentras Belenes descomunales o minúsculos sino todo el material necesario para montarte tu propio Belén: desde estructuras de corcho, ríos, y los autómatas de todas las profesiones del mundo.
Mi padre hubiera disfrutado de lo lindo.
Me hubiera gustado estar allí en Diciembre donde el mercado está en todo su apogeo.

To be continued... (a este paso quizás para Navidad consiga terminar el relato de nuestro viaje...)

lunes, 14 de septiembre de 2009

Casares

Existe un pequeño pueblecito en Cantabria llamado Casares. Un lugar donde el tiempo parece detenerse y es el mejor zoológico del mundo para mis hijas. Un zoológico interactivo en el que pueden coger a los animales y alimentarles, acariciarles... si se dejan.

También realizamos un montón de actividades que a mis hijas, unas urbanitas de pura cepa, les parecen extraordinarias, aunque mi tía esté ya cansada de hacerlas.

Coger manzanas.


Dar de comer a las gallinas.

O coger un palo y lanzarnos al monte a "arrear a las vacas"

Y qué mejores acompañantes en este camino de descubrimiento de la naturaleza que los abuelos.

Ellos con su infinita paciencia y cuidado nos acercan al mundo. Con ellos no tenemos miedo.

Con ellos nos sorprendemos, nos admiramos.


¿Os he dicho ya que adoro a los animales? (se me nota en la cara)


Claro que... también tienen su dolor (estos arañan...)

Este año Casilda tenía un nuevo potrillo al que ella y su hija mayor vega protegían con gran cuidado como puede verse en la foto.

Casares, ¡¡¡¡hasta el verano que viene!!!!

martes, 8 de septiembre de 2009

Pompeya

Al llegar a Pompeya, lo primero que haces es alzar la mirada hacia el Vesubio con una mezcla de curiosidad y temor, porque nunca se sabe... para a continuación maravillarte con lo bien conservada que se encuentra esta ciudad. Visitar Popeya es viajar en el tiempo y recorrer por unas horas una ciudad comercial de la Antigua Roma.


Lo primero que os recomiendo es que leáis el post que ha escrito recientemente Anele sobre cómo ocurrió la erupción de este volcán para poneros en antecedentes.
La verdad es que sorprendió averiguar que no fue una lengua de lava ardiente la que terminó con la vida de los pompeyanos sino las cenizas, una nube inmensa y ardiente de cenizas fue la que sepultó Pompeya y la conservó para nosotros, aportándonos un montón de datos sobre la vida en la Antigüedad, como el siguiente...

Esta foto, aunque no lo parezca, está hecha a propósito (vamos, que no es la típica foto al suelo que te salta mientras vas andando) pues me pareció de lo más curioso. Esas pequeñas piedras blancas en los huecos de las grandes se llaman "ojos de gato" y servían para iluminar el camino pues reflejaban la luz de la luna.
Y este agujero enfrente de un establecimiento no es ni más ni menos que un aparcamiento para las correas de los caballos. También podemos averiguar que se trataba de una tienda y no de una casa gracias a este surco en el suelo

ya que este tipo de puertas correderas eras las que se usaban en las tiendas.

Siguiente dato que me llamó mucho la atención: ¿véis esas piedras en medio de la calzada? Pues eran como nuestros modernos pibotes que impiden el paso a los coches en las calles peatonales. Así permitían el paso únicamente a aquellos carros y carretas que tuvieran unas determinadas medidas (por la distancia de las piedras se deduce que las de menor tamaño). No sólo eso sino que además hacían las veces de pasos de cebra, la gente pasaba sobre ellas y así no se mojaban con el agua o suciedad de la calzada.

Si es que hemos inventado pocas cosas realmente nuevas...

Continuamos nuestra visita por las termas Stabianas, las más antiguas de la ciudad, del siglo IV a.C. Son las más grandes y las mejor conservadas. Los baños romanos abrían al mediodía y cerraban al ponerse el Sol. En los lugares destinados al baño había departamentos separados para hombres y mujeres; si no había espacios separados, el establecimiento abría unas horas al día para mujeres y otras para hombres.

Tenía un sofisticado sistema de calefacción: el aire caliente circulaba bajo el piso y entre las paredes.Tanto la sección masculina como la femenina estaba compuesta por una sala de vestir (apodyterium), una sala con piscina de agua fría (frigidarium), de una sala templada (tepidarium) y de una sala muy bien caldeada (calidarium), dotada de una bañera para agua caliente y de una fuente para abluciones con agua tibia. Además había otros ambientes, algunos anexos al gimnasio y una gran piscina para nadar al aire libre.

Vamos, nada que envidiar al más moderno Spa de nuestro tiempo.

La siguiente foto corresponde al primer restaurante de comida rápida del mundo (del que tengamos constancia).

Al no existir aún la luz eléctrica los romanos se levantaban y se acostaban con el sol, haciendo un desayuno modesto y una frugal comida de "comprar y llevar" para comer de pie dejando las grandes comidas para las fiestas de la tarde que terminaban con la caída del sol.

Me sorprendió lo bien conservados que están estos restaurantes en los que cuesta muy poco imaginarte al camarero detrás del mostrador y la comida en los círculos.

Algo que tenía muchas ganas de ver eran los famosos "moldes" de la gente que se quedó en Pompeya y que murió asfixiada (lo se, lo se, morbosa que es una...) pero daba un poco de pena verlos ahí apilados en un recinto entre cajas de plástico... no se, muy cutre, merecería estar en un museo, mejor puesto. Por lo visto tienen tanto material que no saben ni donde ponerlo.

Otra de las típicas visitas en Pompeya es al lupanar. Es el edificio que se ve al fondo en la foto. El hecho de que la parte superior sobresalga un poco es porque necesitaba más espacio para habitaciones que el resto de edificaciones contíguas.
Encontrar el prostíbulo no tenía pérdida pues tenían "señales de tráfico" indicando el camino (ya os digo que lo que no tuvieran estos pompeyanos...)

Tengamos en cuenta que Pompeya era una ciudad comercial como ya he comentado anteriormente y acudía gente de todas las lenguas con locual nada mejor que utilizar el lenguaje universal de "una imagen vale más que mil palabras". Esta técnica se utilizaba no sólo para llegar al lupanar, sino que una vez allí podías encontrar frescos con pinturas de diversas posturas sexuales exhibidas cual católogo, de tal manera que el cliente sólo tenía que señalar para indicar lo que quería.


Como véis Pompeya era una ciudad que tenía de todo, el sistema de aguas por ejemplo, nada que envidiar al actual. De hecho encontramos más fuentes por metro cuadrado que en muchas ciudades españolas.


Aquí una de las cañerías de Pompeya que por su durabilidad ya las quisiera yo para mi casa.

La panadería también era impresionante lo bien conservada que estaba. La panadería de Modesto, que así se llamaba el establecimiento, quedó sepultada por la lava dejando a su dueño calcinado al lado de un horno que se encontraba horneando 81 hogazas de pan.

En la primera foto aparecen las ruedas de moler y a continuación el horno.En fins, podría pasarme media vida hablando de Popeya pero espero que con esto ya os habéis hecho una idea general.

Hasta el siguiente post...

Identik DIY

Hoy os traigo un juego no sólo muy divertido sino que además es estupendo para desarrollar la inteligencia lingüística. Se llama "...