jueves, 11 de septiembre de 2008

Primer día de clase

Aqui llegan... nerviosos, pegados a las faldas de mamá, con la cabeza entre las piernas de papá... avanzan lentamente, observándolo todo, buscando con la mirada un objeto conocido, algo a lo que aferrarse y cada uno encuentra una cosa: para unos es el amigo al que hace meses que no ven, para otros su juguete preferido: los coches, la cocinita, las construcciones... otros prefieren un juego algo más tranquilos, ellos solos antes de lanzarse al mundo: un puzzle, un cuento, pintar en la pizarra...
A los diez minutos ya juegan como si se hubieran visto el día anterior.

Y es que en realidad allí la única nueva soy yo. Todos se conocen, han vivido ya dos años juntos y eso teniendo cuatro-cinco es la mitad de tu vida.

Procuro recibir a cada niño y dedicarle unos minutos sólo a él. Me agacho para mirarle bien a los ojos, le enseño mi bata que es como la suya y mi nombre bordado en letras de colores: SUSANA.
- Yo me llamo Susana ¿y tu?

A otros les sorprendo llamándoles por su nombre:
- ¡Hombre Sofía! ¡pero que morena estás! ¿has ido mucho a la playa este verano?
Se me quedan mirando como ¿pero esta quién es?

Después les pido que busquen su nombre en el perchero, que se quiten la cazadora (o chubasquero, hoy, primer día de clase y para variar, llueve) y lo cuelguen y que se pongan la bata.
Es una rutina que hacen desde los 3 años y que les recuerda que están en el cole, que no han cambiado tantas cosas, les da seguridad.
Y me da un montón de datos, sobre todo de los padres porque en ese momento ves si el padre/madre le deja hacer al niño sin intervenir o se lo hace absolutamente todo: le quita el abrigo, le pone la bata, le abrocha los botones, le suena los mocos...

Cuando el niño tiene la bata puesta dedico un ratito a los padres. Presentaciones de rigor. A algunos ya les conozco pues he tenido a otros hijos suyos. Mientras charlamos el niño aprovecha para escaparse con sus amigos... ya está sumergido en la vida del aula...

Si pudiérais ver sus caras... he disfrutado mucho de este día, he recordado el primer día de escuela de Susana y los nervios de mami que sentí... Irene me ha visto en el patio, me ha dado un beso y se ha ido a jugar con su adorada Natalia.

Es increible cómo crecemos como madres, cómo cambian las cosas del primer al segundo hijo. Ayer cuando venían los de 3 me daba cuenta de que muchas veces el periodo de adptación tienen que pasarlo los padres más que los hijos. Les oías hablar y veías cómo sin quererlo estaban transmitiéndole toda su ansiedad al niño:

- Que mañana ya empiezas el cole, que ya eres mayor, ya verás que bien... porque mañana...

Y ellos quieren animar, pero al niño no hacen más que ponerle de los nervios:

- Ay mañana, mañana, ¿por qué me dará tanto la turra con el cole? ¿qué es lo que pasa aqui? ¿por qué es tan importante?

Tanto que cuidamos nosotros la adaptación de Susana que cuando llegó Irene... ay, pero si ya la toca ir al cole este año ¿no? Cuando llegue Julia no me voy a dar ni cuenta, bueno, igual si porque es la chiquitina... ay... estas madres que no dejamos crecer a los niños...

15 comentarios:

Shirat dijo...

Yo no tengo hijos y supongo que para mí es fácil opinar, pero estoy de acuerdo contigo en que los padres lo pasan peor que los niños. Cualquiera diría que los van a dejar en un campo de concentración... y luego resulta que se lo pasan como los indios.
¿Cómo llevas eso de que tus hijas estén en tu mismo colegio? Creo recordar que Irene estaba en tu clase el curso pasado. ¿Cómo hacíais para separar a la Susana mami de la Susana profe? Conozco más casos, y me parece dificilísimo.

Astrágalo dijo...

Me ha encantado ese primer día de cole... me gusta con la ternura que lo has relatado, si no es por que has puesto que te llamas SUSANA, pensaría que eres mi Alba...

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Día de emociones para tod@s: padres, madres, niñ@s, profes... Y muy bien descrito, por cierto ¿No se puso a llorar ninguno? ¡Ainssss, que tiempos aquellos, jejejejje!

Ana I. dijo...

Susana!!! ¡Como se nota que te gusta lo que haces ! Como dice Astrágalo, describes todo con mucha ternura. Los primeros días de clase tienen algo muy especial y es verdad que a veces los padres les transmitimos ansiedad a los niños, pero no sólo con eso, con muchas otras cosas en la vida. Me da mucha envidia leer este post aunque estoy encantada de poder dedicarle este curso a Enma. Para el año ya compartiremos experiencias. ¡Mucha suerte!

Mª Carmen dijo...

Hola Susana!!! Qué bonito post...(como siempre). Mañana empieza nuestra hija en el cole por primera vez, y espero que no le hayamos transmitido ansiedad, sino ilusión...porque para nosotros es un momento muyyy especial. Nosotros la vemos tranquila, y contenta pero también tenemos curiosidad porque sabemos que mañana todo será nuevo para ella...su profe, el cole de "mayores" (antes iba al cole de los peques-guardería), los compañeros...Me ha encantado como recibes a los niños, y estoy totalmente de acuerdo contigo en que muchas veces los padres te dan muchos datos sobre lo que te vas a encontrar después, y supongo que ahora todos pecamos un poco de sobreprotección...En fin, bicos moitos y sigue compartiendo con nosotros todas tus experiencias.

Mª Pilar G. Coachingfamiliar&Educativo dijo...

Gracias por este relato. Aunque he de decir que no estoy del todo de acuerdo. Es cierto que muchos padres-madres-abuelos... intentan transmitir tranquilidad y lo que hacen es transmitir ansiedad, pero creo que no se debe a lo que les dicen (¡ya verás qué bien lo pasarás en el cole!) sino a lo que no dicen: tratar de obviar los sentimientos de un niño pequeño que tiene que separarse de aquellos que le dan seguridad (cada niño tiene su figura de apego) no hace que el niño se sienta mejor ni que olvide lo que siente. Al contrario, si nos ponemos en su piel, le escuchamos y comprendemos, aceptamos sus sentimientos de miedo, angustia, tristeza, alegría, nerviosismo, emoción, tampoco haremos que desaparezcan pero se sentirá comprendido y acompañado, amado y aceptado tal como es.
No es verdad que los padres lo pasan peor, los niños tienen todas las de perder, porque reconozcamos que salvo honrosas excepciones los niños de 3,4,5 años pasan demasiadas horas sentados, cuando su naturaleza, su ritmo de crecimiento y aprendizaje les impelen a correr, jugar con la tierra, el agua, la arena, y todo esto no les quita para nada de aprender. Además pasan de estar en un núcleo relativamente reducido de personas (familia nuclear o extensa) a pertenecer a un grupo de 25 o 26 niños que únicamente tienen un adulto para atenderlos. Tienen que hacer lo que se les dice cuando el maestro lo dice. Y qué decir de aquellos que tiene dificultades con el control de esfínteres, la comida fuera de casa si se quedan en el comedor, el rato de guardería antes y después del cole (sí, los hay que con tres años comienza su jornada a las 8 de la mañana y la terminan a las 7 u 8 de la tarde, y creo recordar que la jornada laboral de 7-8 horas diarias fue un logro, habrá que empezar a reivindicarla para los niños tambien).
Estoy haciendo de abogada del diablo, como en el resto de las cosas cada niño es un mundo: unos se adaptan de maravilla y otros necesitan más tiempo. Y tanto unos como otros tienen derecho a que sus necesidades sean respetadas, precisamente porque son niños, están creciendo y queremos que sean adultos completos y felices mañana.
Enma ha empezado hoy el cole y lo tiene muy claro: prefiere las vacaciones, y estar con papá y mamá, así de claro lo ha dicho estos últimos días. Pero no me extraña, ha aprendido montones de cosas este verano: hemos platando alubias y lentejas, hemos cazado cangrejos en la ría, hemos sacado las pipas de un girasol y las hemos tostado en el horno, hemos visitado a la bisabuela y a sus perritos, hemos disfrutado en la playa y en el pueblo con las ovejas del abuela, hemos cogido caracoles, hemos hecho pasta de sal, galletas, hemos visto carreras de burros (y se ha montado en no sé cuantos), arrastre de bueyes, hicimos una búsqueda del tesoro pirata por su cumpleaños junto a todos sus primos...
Me ha salido mucho rollo, pero le estoy dando vueltas a estas cosas últimamente. Os dejo, aunque si vuelve a salir el tema seguramente no me podré contener, je.

KIRA dijo...

Hay Susana, que gran suerte tienes de tener un trabajo que te gusta...
Lo describes tal y como es, aun recuerdo el primer dia de cole de mi hija mayor hace ya 5 años, llore yo mas que ella cuando la deje en la puerta de su clase... bua bua pero con la peke fue mas facil... (ya no era un mar de lagrimas solo un rio...)
Q gran suerte tenerte de profe esos pequeñines...
BSTS KIRA

OLATZ dijo...

Jo Susana....que bien has sabido transmitir ésas primeras horas.Cómo me gustan los chiqitines.....aunque sean agotadores.Los mios también son tremendamente agotadores, y no son tan tiernos ( son los del 2º ciclo de la ESO ).Aún así "creo" que también disfruto con ellos.

OLATZ dijo...

Susana, se me ha olvidado decirte que las fotos son divinas.
Otra cosa, el cumple de las niñas fué el sábado, y el Kapla ha gustado mucho....aunque de momento la atención está más centrada en los "PetShops"(unas mascotitas chiquitinas que tienen sus casitas y demás...).Cuando hagamos algo decente con él, a ver si lo publico en mi blog.
¿Cómo vas con tus ganchilleos?...Ya nos contarás.

Nadia dijo...

Hola: Gracias por tu visita a mi blog. Yo me he recorrido muuuchos de tus post, primero quería decirte que eres guapísima!! no lo podía evitar, que me encantaría que mi hijo tenga una maestra como tú y que me gusta mucho lo que cuentas! Te voy a visitar seguido.

Inma dijo...

Me ha gustado este post.

Para mí fue muy difícil dejarlos en el cole el primer día.

Y todavía los últimos dias de verano me da una pena horrible saber que salen del círculo seguro de casa para enfrentarse a otro mundo mucho mas duro.

Lo que me averguenza contar es que tienen 10,17 y 21....y me sigue pasando!!!!

Susana dijo...

Bueno Pilar, hemos tocado "tu tema", jejeje. Estoy de acuerdo en mucho de lo que dices, no tanto así en otras cosas. De acuerdo en que las jornadas de los niños no son normales aunque aqui habría que cambiar muchas cosas porque la mayoría de veces no es por gusto sino por obligación y muchos padres trabajan los dos y no tiene con quien dejar a los niños.
Aqui viene la pregunta... ¿es realmente necesario que trabajen los dos? ¿por qué trabajan los dos? ¿porque lo necesitan econocómicamente o porque la mujer no quiere renunciar a un trabajo para el que se ha preparado y no quiere ser una "simple" (ejem, aqui yo también hago de abogada del diablo) ama de casa y el hombre por otra parte no está preparado para ser "amo de casa" (y me refiero a psicológicamente)? Peaso pregunta que he hecho es tan larga que no sé si se entiende...

chema dijo...

a mí también me ha encantado este post. está muy bien lo de hablar con todos los niños individualmente, eso está muy bien y no todos los profesores lo hacen.

y es verdad que los padres a veces se preocupan demasiado de que sus hijos puedan no adaptarse. he conocido más de un caso de padres que creen que sus hijos son tímidos porque es la imagen que dan en casa y luego en el colegio son super abiertos y populares...

Anónimo dijo...

Todo eso es un proceso de aprendizaje para padres, hijos y profesores. El primer día de guarderia fue una locura, como bien dices, había padres q no podían despegarse de los peques, alguno que otro salió del aula llorando. bss

Susana dijo...

Amaia, la respuesta a tu pregunta se me ha hecho tan larga que creo que haré un post respecto al tema (cómo ser mami y profe y no morir en el intento)
Nadia, me vas a poner colorá. Bienvenida al blog y muchas gracias por tus comentarios, yo también voy a leerte de seguido, me encanta cómo escribes.
Olatz, así que tu también te dedicas a la enseñanza??? Y qué das? Ya nos enseñarás vuestras creaciones con el kapla. Aunque ya sabes que lo chulo del kapla es tener muchisimas piezas...
Mari, ¿que tal el comienzo de la chiquitina en el cole?

Identik DIY

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